Como consecuencia de las múltiples influencias culturales que conforman su identidad, la gastronomía misionera es muy variada. La cocina guaraní, la española, la brasilera y las recetas traídas por las distintas comunidades de inmigrantes europeos y asiáticos conforman una oferta gastronómica rica en sabores y procedencias.
En la Fiesta Nacional del Inmigrante se puede disfrutar diferentes platos como en Brasil, como en Paraguay o como en la Argentina dentro del predio del Parque de las Naciones. La fiesta cuenta con una variada oferta de cada una de las colectividades, donde se puede comer alguno de los más famosos platos elaborados por los descendientes de los inmigrantes.
Los chipás o chipacitos son unos pancitos de harina de mandioca y queso que tienen su origen en la gastronomía paraguaya y de la zona litoral de la Argentina. La sopa paraguaya, la mandioca y el reviro son las comidas guaraníes más reconocidas. En las poblaciones del Noroeste y de la costa del Alto Uruguay encontramos la feijoada, un guisado de poroto negro acompañado con cerdo, arroz y especias a discreción. Este plato forma parte de la gastronomía típica del Sur de Brasil. Otro plato regional es el churrasco al espadín.
También son infaltables las empanaditas de ricota de los países de Europa del Este. Los rusos les dicen vereniki, los polacos pierogi y los ucranianos varenyky. Por el lado de los postres, el más solicitado es el dulce de mamón. Y entre las bebidas, son muy apreciadas la caña paraguaya y la cachaça, una especie de aguardiente.